Esto no es solo una cuestión de tamaño. Samsung ha lanzado dos tablets brutales, pero con una gran diferencia entre ellas: una se siente como tener un portátil en las manos, y la otra… como una tablet que puedes usar sin hacer pesas.
¿14,6 pulgadas o 12,4? ¿Wi-Fi 7 o conectividad 5G? ¿Una pantalla donde cabe el mundo o una más práctica que no te pide mochila propia? Esa es la decisión.
Y no, esta vez no se trata solo de un modelo “más caro y más grande”. Porque aunque comparten procesador, software, S Pen incluido y un rendimiento espectacular, el Galaxy Tab S10 Ultra juega en una liga diferente cuando se trata de ver, dibujar o crear. Es una tablet que se acerca peligrosamente a querer ser tu próximo portátil.
Pero también es más pesada, más incómoda para el día a día y con un notch que rompe la estética. La Galaxy Tab S10 Plus, por su parte, es más comedida, más ligera y, sinceramente, más fácil de encajar en la rutina.
Entonces, ¿cuál elegir? Vamos a resolver ese dilema, y no con medias tintas.
Dos tamaños, dos mundos: la experiencia cambia más de lo que crees
Cuando tienes delante la Samsung Galaxy Tab S10 Ultra y la Galaxy Tab S10 Plus, no hace falta ni encenderlas para notar la gran diferencia: el tamaño. La Tab S10 Ultra se planta con un impresionante panel de 14,6 pulgadas, lo más parecido a una pantalla de portátil que hemos visto en un tablet Android. En cambio, la Tab S10 Plus se queda en unas más manejables 12,4 pulgadas, lo que ya es grande, pero no tan intimidante.
Y esto no es un detalle menor. El tamaño lo cambia todo, desde la comodidad al sostenerla hasta cómo encaja en una mochila. La Ultra se disfruta más en escritorio o apoyada, tipo pantalla secundaria. La Plus, aunque no es compacta, sigue siendo una tablet que puedes sostener sin agotarte. Es la típica decisión que parece estética, pero marca mucho el tipo de uso que le vas a dar.
Pantallas top en ambas, pero la Ultra tiene un as bajo la manga
Tanto la Tab S10 Ultra como la S10 Plus montan paneles Dynamic AMOLED 2X con resolución altísima, 120 Hz de refresco adaptativo y compatibilidad con HDR10+. La calidad está garantizada en los dos casos. Pero hay matices que marcan la diferencia.
Para empezar, la Tab S10 Ultra alcanza un pico de brillo de 930 nits, mientras que la Plus se queda en 650 nits. Esa diferencia se nota sobre todo en exteriores o con mucha luz ambiental. El panel de la Ultra brilla —literalmente— en situaciones complicadas, y además cuenta con un recubrimiento antirreflejos que ayuda aún más.
Eso sí, no todo es mejor en grande. La densidad de píxeles es algo inferior en la Ultra, por culpa de ese panel enorme que reparte más los píxeles. La Plus tiene una imagen más nítida por pulgada, aunque para notar esto de verdad hay que mirar muy de cerca.
Y un último apunte importante: la Ultra tiene un notch para alojar la cámara frontal adicional, mientras que la Plus mantiene el frontal limpio. No molesta, pero está ahí.
Potencia calcada, pero el almacenamiento y la RAM marcan diferencias
Samsung ha metido el mismo corazón en ambos modelos: el chip MediaTek Dimensity 9300 Plus, que ha demostrado estar más que a la altura. El rendimiento es fluido, rápido, y especialmente eficiente. Incluso en modo DeX —esa especie de escritorio Android que convierte la tablet en un mini-PC— todo se siente más pulido que nunca.
Ambas llevan 12 GB de RAM, aunque la Tab S10 Ultra sube hasta los 16 GB si eliges la versión de 1 TB, que solo está disponible en este modelo. Un extra que puede interesar si usas la tablet para tareas creativas o multitarea pesada.
Y cuidado con un detalle clave: solo la Ultra es compatible con Wi-Fi 7, lo que no vas a notar hoy mismo, pero sí puede marcar la diferencia dentro de unos años si tienes un router compatible. Por otro lado, la única con versión 5G ahora mismo es la Tab S10 Plus, lo que la hace más versátil si la quieres para trabajar desde cualquier parte.
Autonomía para días… aunque la Ultra aguanta mejor en reposo
Con 11.200 mAh en la Ultra y 10.090 mAh en la Plus, está claro que Samsung no se ha quedado corta en batería. Ambos modelos ofrecen varios días de uso sin pasar por el cargador, siempre dependiendo de tu ritmo y el tipo de tareas que hagas.
Ahora bien, ese extra de batería en la Ultra no se traduce directamente en más horas de pantalla, porque el panel más grande también consume más. Donde sí gana puntos es en el consumo en reposo: el nuevo chip MediaTek gestiona muy bien la energía cuando no estás usándola, y la Ultra puede estar encendida varios días más sin agotarse.
¿La parte menos buena? La carga rápida sigue siendo de 45 W, lo que se traduce en casi 2 horas y media para una carga completa. Un tiempo algo largo en tablets de este rango.
Software idéntico, pero el espacio de pantalla cambia la productividad
Aquí no hay discusión: ambas tablets vienen con Android 14 y One UI 6.1, y recibirán hasta 7 años de actualizaciones. También comparten todas las funciones Galaxy AI, como el asistente de dibujo, el resumen inteligente o la traducción simultánea. Las diferencias, otra vez, las marca el tamaño.
En la Ultra, DeX y la multitarea brillan. Tener tres apps abiertas y una flotante no es lo mismo en 12,4″ que en 14,6″. Si usas la tablet para trabajar, esa pulgada y media extra te da más comodidad, más aire y menos agobio. Lo mismo si dibujas, tomas notas o editas documentos con el S Pen.
Dicho esto, la experiencia es la misma a nivel de software. No hay funciones exclusivas de un modelo sobre otro. Si solo quieres usar apps básicas o consumir contenido, la S10 Plus te da el mismo resultado en un formato más llevadero.
Cámara trasera anecdótica, frontal algo más pro en la Ultra
Ambas tablets llevan una doble cámara trasera de 13 MP + 8 MP, que cumple si necesitas escanear documentos o hacer una foto puntual. No hay magia aquí, pero tampoco desastres.
En el frontal, las dos tienen una cámara ultra gran angular de 12 MP para videollamadas, pero la Ultra añade una segunda lente más angular. En teoría, esto da más juego para encuadres y seguimiento facial, aunque en la práctica no hemos visto un salto cualitativo tan claro como para justificar el notch.
Es decir, se agradece el esfuerzo, pero no es un motivo de peso para elegir la Ultra frente a la Plus.
Conclusión: la Galaxy Tab S10 Ultra es puro espectáculo, pero…
No hay duda de que la Galaxy Tab S10 Ultra es una bestia de pantalla. Su panel de 14,6 pulgadas, sus 930 nits de brillo y la experiencia visual que ofrece son simplemente espectaculares. Y si te dedicas a crear contenido, a ilustrar o a consumir vídeo sin parar, ese extra de espacio es oro. Además, su potencia está a la altura: el chip Dimensity 9300 Plus rinde como una fiera, y el S Pen responde sin latencias ni quejas.
Pero, seamos realistas: es un aparato enorme. Pesa más, ocupa más y no cabe en cualquier mochila. El notch en pantalla es molesto, el lector de huellas está demasiado lejos si tienes manos pequeñas, y, aunque suena muy “pro”, lo cierto es que no sustituye a un portátil si trabajas con software real. Solo lo parece.
La Galaxy Tab S10 Plus, en cambio, es ese equilibrio que necesitas si quieres rendimiento, diseño, batería y portabilidad en la misma caja. Tiene el mismo procesador, la misma pantalla AMOLED 2X con 120 Hz (aunque algo menos brillante), el mismo sistema operativo y el mismo soporte para Galaxy AI. Incluso gana en algo: es la única con versión 5G disponible.